No me hace sentir orgullo haber visto esta película, la vi con el mismo morbo de la mayoría de los espectadores. Me incomodo de todo tipo de maneras, visualmente es impactante, más de una vez tuve que retirar la vista de la pantalla, y moralmente también me incomoda, no creo que le hayan pedido permiso a los familiares de las personas fallecidas para exhibirlos de esa manera. Me habría molestado si el cadáver de un ser querido saciará el morbo de un puñado de curiosos nipones.

Sin embargo creo que tiene una relevancia al mostrar un fragmento de la vida (válgame la expresión) en esa Colombia Salvaje. Es testimonio invaluable, no hay nada parecido, por lo menos no a mi alcance (y que bueno), por lo que se debería preservar como parte de la historia audiovisual, cruel y descarnada del mundo.

Definitivamente no se la recomiendo a nadie, no creo incluirla en mi lista de “Películas que tienes que ver antes de morir”, pero sí en la lista de “Películas que no debieron ser filmadas pero ya que lo hicieron no hay porque destruirlas, prohibirlas y negarlas, es parte de la historia del planeta Tierra.”.